jueves, 4 de octubre de 2012

Comunicación en relación a proyecto de energía Eólica, WindMar en Punta Verraco, Punta Ventana, Playa Ventana y Cerro Toro

A todo Puerto Rico:

El propósito de este comunicado es resaltar el perfil científico, la vulneralibilidad ecológica y le relevancia geológica y cultural del área compuesta por Punta Verraco, Punta Ventana, Playa Ventana y Cerro Toro en el municipio de Guayanilla. 

Mi nombre es Ángel Luis Alicea León afiliado exclusivamente a mi rol de perito el campo de la geología y de residente de este maravilloso pueblo.  Soy un mayagüezano dedicado a las ciencias de la tierra, la protección y el entendimiento de sus recursos y procesos. En la actualidad ejerzo como geólogo.  Profesión a la que he dedicado mi vida desde 1994.  Dentro de este campo he tenido la dicha de poder ser parte de varios proyectos de gran envergadura tales como:
1.  Estudio de suelos e inspección de cimentaciones en el desarrollo del Puerto las Américas en el municipio de Ponce.

2.    Estudio de Suelos de la carretera PR-9 la cual corre sobre la formación cárstica de Ponce en este mismo municipio.

3.    Inspector en el desarrollo de la represa sobre la cuenca del Río Portugués en Ponce.

4. Delineación de materiales ferrosos enterrados utilizando metodos de geofísica aplicada no intrusivos, dentro de la cuenca del Río Grande de Loíza para el Departamento de Recursos Naturales con el fin de mitigar las consecuencias de desarrollos pasados sobre esta área.

5.    Respuesta de emergencia a el derrame más grande en la historia de Estados Unidos de America; por la plataforma “Deep Water Horizon” el 20 de abril de 2010. Donde debí ubicar lugares estratégicamente designados a lo largo de las costas del Golfo de México para utilizarlos como estaciones de descontaminación.  Posteriormente, durante un periodo de seis meses inspeccione las labores de descontaminación de estas costas.

Como resultado, he vivido por experiencia propia, las consecuencias nefastas e implicaciones que pueden tener desarrollos a gran escala en ecosistemas susceptibles o frágiles.  He visto como la manipulación de documentos tales como permisos y estudios con base científica pueden llegar a confundir el entendimiento público y la sensibilidad que estos desarrollos implican. 

Este es el primer proyecto de energía eólica, sobre el tan importante y a su vez frágil  carso de Puerto Rico. No responder a este llamado seria una falta a mi ética profesional, personal y social. Este es mi pueblo, donde resido hace más de un año. Donde desde niño he soñado con el paraíso escondido de la majestuosa ventana. Por lo tanto es mi deber incurrir en la faena de proveer algunos detalles científicos sobre las riquezas que el municipio de Guayanilla y sus costas contienen.

En primera instancia, hay que hacer notar que el municipio ha sido acuñado en medio de la industrialización y los recursos naturales de nuestros vecinos en aquellos pueblos que nos delimitan.

El municipio de Guayanilla está ubicado en el suroeste de Puerto Rico a unas 12 millas lineales aproximadamente al oeste de Ponce. El pueblo está directamente situado en dentro del sensible carso del sur.  Puerto Rico cuenta con unas de las zonas cársticas más importantes, prestigiosas y hermosas del planeta. En el norte de la isla este cuerpo caracterizado por su composición química calcárea, producto en su mayoría de procesos bioquímicos desarrollados por organismos marinos. Este primero, ocupa más del 90 % del carso de Puerto Rico. La misma fisiografía cárstica, la vivimos en el sur de nuestra isla a menor escala, menor índice de humedad, conteniendo acuíferos no tan extensos como el norte, pero no menos significativos conformando cerca del 10 % (21,022 hectáreas) del carso de Puerto Rico. El carso del sur es un baluarte único en su clase y debe ser protegido. Las zonas cársticas de nuestra isla proveen más del 15 % del agua que nos llegan a nuestros hogares día a día y el carso del sur juega un rol importante dentro de esta gesta.

Desde el Este de Guayanilla, hemos sido abarrotados con una historia nefasta de impacto, tras impacto industrial.  Corporaciones petroleras que desde las costas de nuestra hermana Peñuelas, nos han cubierto de gases y químicos nocivos para la salud humana y el medio ambiente. Lo que una vez fue la imagen del progreso para nuestros abuelos, hoy se ha convirtido en un icono de la destrucción de un ecosistema, que debería representar una de las maravillas de nuestro país. Inclusive hasta de el mundo entero.  De hecho, a solo unas millas al norte de este histórico evento dentro de los terrenos de la ya conocida Corco, se encuentra uno de los parajes naturales más fascinantes de Puerto Rico; el sistema cavernario Convento Mapancha.  El cual está protegido bajo la Ley número 292 del 21 de agosto de 1999, para la protección y Conservación de la Fisiografía Cárstica de Puerto Rico, pero que en adición ha sufrido el embate de vertederos ilícitos y legítimos a través de los años. Esta es misma Ley que debería estar acobijando la zona de Punta Verraco, Punta Ventana y Cerro Toro, ya que son baluartes únicos dentro del carso del sur. 

En el Norte, también se encuentra el corredor de bosques, protegidos por la comunidad, dirigidos por la organización de autogestión comunitaria Casa Pueblo. También, desde el norte vierten sus aguas las cuencas hidráulicas del Río Loco, Río Yauco, Río Guayanilla, Río Macana y Río Tallaboa. Estos son los únicos, dentro de las llanuras costeras de la región más seca del sur de Puerto Rico. De estas el Río Loco desemboca en la Bahía de Guánica, pero los otros cuatro desembocan en las Bahías de Guayanilla y Tallaboa. Estos ríos han sido también devastados añadiendo presión sobre el ya frágil ecosistema, donde represas, generadoras hidroeléctricas, pozos de producción, actividades industriales, como las Petroquímicas y urbanismo han creado una zona inestable, llevando este lugar al borde de un irreparable daño.  Nuevamente añadiendo presión a nuestro ambiente guayanillense.

En otro entorno, hacia el Oeste de Punta Ventana tenemos el aclamado Bosque Seco; conformado en su mayoría por una fisiografía cárstica, donde se encuentran innumerables cuevas, sumideros, cañones y mogotes. Con una precipitación promedio de alrededor de 30 pulgadas de lluvia por año. El Bosque Seco ha encontrado un habitáculo único en el mundo, para flora y fauna que solo pueden ser divisadas en este paraíso. Esta reserva natural, está protegida por el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) de Puerto Rico, por su complejidad, riqueza natural y su importancia científica, en el 1981.  La Organización de las Naciones Unidas (ONU), para el programa de la Organización de Educación Científica y Cultural (UNESCO), le otorgó la distinción de ser la segunda Reserva Biosférica Internacional en Puerto Rico.  Solamente superada por el bosque pluvial El Yunque en Luquillo.  El 1981 bajo el mismo plan de designación de reserva natural, para el Bosque Seco de Guánica en el Programa de Manejo de Zonas Costeras del DRNA, se proponía que la reserva fuese extendida hasta Punta Verraco. Las condiciones geológicas, ecológicas, geográficas, flora y fauna son las mismas en ambos entornos. Por lo que definir la zona de Punta Verraco, Cerro Toro y Punta Ventana como zona industrial seria un riesgo absoluto a la integridad de este ecosistema. No debe haber separación alguna sobre lo que ya se había propuesto.

Hacia el Sur, tenemos una de las zonas costeras más hermosa de la isla. Como buzo certificado desde hace más de una década, he podido verme cara a cara con los increíbles corales y zonas de arrecifes que esta costa guayanillense contiene. Un paisaje hermoso sin igual, pero con el único problema que los corales que normalmente deben proveer un colorido paisaje, aquí presentan un panorama sobrio tras el descoloramiento de los mismos. Las costas de Guayanilla han sido impactadas en gran manera, por los efluentes de los ríos que allí desembocan y las actividades industriales asociadas a esta costa (Petroquímicas).  El urbanismo a lo largo de estas cuencas hidráulicas, también ha sido un factor de impacto, depositando toneladas de basura sobre las desembocaduras de estos ríos.  Una vez más, esta área sufre la presión del resultado acumulativo de aquello que alguna vez llamamos progreso.  Entonces, creo que debemos preguntarnos,  ¿Queremos seguir presionando este frágil ecosistema?  ¿Vamos a trabajar para salvaguardar lo poco que nos queda?

Los recursos renovables de nuestro planeta, en conjunto con la crisis energética, son prioridad para todo científico hoy día. La conservación del ambiente y la adecuada planificación, más aún son prioridades dentro del proceso de adaptación humana con cada ecosistema. La energía eólica indudablemente, surge como uno de los recursos más favorecidos, para proveer una fuente inagotable de electricidad.  Más aún, cuando sabemos lo dependientes que hemos llegado a ser del petróleo, donde continuamos siendo líderes del consumo de este producto natural y a su vez nocivo. En los últimos 30 años, hemos liderado como consumidores de combustibles fósiles, acomodándonos entre los 20 países de más consumo, con sobre 70% de nuestro abastecimiento dependiendo del petróleo. A pesar de esto, los métodos de energía renovable ofrecen limitaciones, que bien merecen ser consideradas a la hora de planificar un proyecto de la magnitud de Windmar.  Entre las limitaciones ofrecidas por la energía eólica, se encuentra la magnitud del área requerida para poder posicionar los aerogeneradores. Por lo que los terrenos disponibles, aparentemente los tenemos, solo que hay que definir el concepto disponible. Nuestros terrenos ya han sido saturados por desarrollos industriales y nuestros recursos son cada día más limitados. 

Escogí esta profesión, porque amo los recursos geológicos de nuestra isla. Guayanilla tiene recursos para la recreación y distracción como ninguna otra. Punta Verraco, Punta Ventana, Playa Ventana y el Cerro Toro forman parte del Bosque Subtropical del Sur de Puerto Rico.  Pero más allá del valor ecológico, esta zona guarda muchos datos que enriquecen la historia de nuestro pueblo y país. Según reconocidos historiadores, las costas de Guayanilla han sido testigos, de innumerables eventos memorables. Aquí toman vida, relatos de nuestros antepasados Tainos, Colonos y Criollos. A solo pies de Punta Ventana, cuenta la leyenda, que el Gran Cacique Agüeybana recibió a Juan Ponce de León en una ceremonia, donde intercambiaron un respeto político y social mediante la ceremonia del Guaytiao. La misma zona, ha sido reconocida, como el lugar donde fueron halladas las controversiales piedras de teclas de Aqüeybana. Estas eran aparentemente utilizadas por el gran cacique, para dar algún tipo de consulta. Posteriormente el respetado padre Nazario párroco de nuestro pueblo, a finales del siglo 19 (1880), encuentra las piedras. Las cuales ganaron el reconocimiento, de ser genuinas obras arqueológicas y un legado invaluable para este pueblo, en 1981. El litoral también cuenta con la leyenda del gran Pirata Cofrecí. Según relata la historia, antes de ser arrestado por piratería, este heroico caborojeño; quien le robaba las riquezas de españoles y americanos para dar a los pobres; escondió varios cofres, con tesoros cerca de los rocosos acantilados de la ventana. Entre relatos, mitos y leyendas de grandes héroes de nuestra historia; entendemos, que la evidencia de muchas de estas aún vive, contenida en las entrañas de la zona de Punta Ventana y Punta Verraco. Entonces; ¿No debería; cuidar de este patrimonio ser suficiente razón para proteger estos terrenos? Al menos así lo indica la Ley 112 del 20 de junio de 1988, Ley de Protección del Patrimonio Arqueológico de Puerto Rico, la cual obliga a hacer estudios arqueológicos en caso de encontrarse material pertinente.

Disfrutar de las riquezas de esta zona es una rutina en mi familia.  Aquí les he enseñado a mis hijas y a muchas personas, algunas de las maravillas de la zona. Entre estas, nos fascina disfrutar de la sorpresiva aparición continua de aves tanto locales, como migratorias, las cuales nos encantan con sus canticos y coloridos plumajes. Entre un sin número de especies, como crustáceos (cangrejo azul), mamíferos (murciélagos), anfibios (lagartijos) y artrópodos (arañas), los cuales figuran entre algunos de nuestros favoritos. Estos son organismos los cuales en conjunto con la flora que los acompañan, forman un hábitat idéntico al ya protegido y nombrado reserva del Bosque Seco de Guanica.  Estos son solo algunas de las cosas que alimentan el valor escénico de este lugar.  Pero esto es solo el principio. 

En Estados Unidos de América, existen 102 monumentos nacionales, protegidos por una diversidad de leyes, de los cuales 55 son naturales, 22 son asociados a la herencia indio americana y 25 son de otros eventos históricos. Entre los naturales, 15 son de origen geológico y siete (7) de origen marino.  Entre los geológicos, algunos de los más famosos son los arcos.  Estos están protegidos por la agencia de Parques Nacionales de E.U. De estos, el más grande se encuentra en el estado de Utah, en el parque nacional de arcos.  Punta Ventana es un arco natural único en su clase. Este arco formado por la erosión costera de su roca caliza, queda exponiendo una gran cueva sobre esta península. Este arco es el más grande en Puerto Rico.  Este arco es evidencia de que existen cuevas de ese tamaño en el área. Pero para que sea protegida debe ser declarada reserva natural.  Posteriormente existen mecanismos  que nos ayudarían como pueblo a protegerlo, por ejemplo; bajo la tutela de la Compañía de Parques Nacionales de Puerto Rico. Esta formación geológica, me hace inmediatamente pensar que la integridad de este tipo de roca, para cualquier desarrollo de la envergadura de Windmar, representa un riesgo estructural. A aproximadamente 100 metros de la ventana, en dirección Norte, hay un sumidero colapsado de gran magnitud, con un diámetro aproximado de  unos 20 metros y más de 10 metros de profundidad. A poco más de 600 metros hacia el Oeste, se encuentra un arco colapsado, dentro de lo que se conoce, como playa sucia de Guayanilla. Windmar contempla instalar molinos según plantea, dentro de su Declaración de Impacto Ambiental (DIA), cerca de esta zona. Yo he podido identificar, varias cuencas de sumideros como estos, hacia el norte de Punta Ventana. De igual manera, Punta Verraco y Cerro Toro, contienen zonas de sumideros pequeños colapsados. Hago notar, que esto es evidencia de un sistema activo, donde a pesar de la carencia de niveles altos de precipitación ocurre disolución y erosión con bastante frecuencia. La zona costera e interior, entre valles y cañones, también sufren de estos colapsos con bastante frecuencia. En su mayoría estos colapsos son jóvenes, y han ocurrido en un periodo corto.  Por ejemplo; el arco de playa sucia colapso en los años 70s, esto basado en fotos de la época, donde aun se apreciaba la hermosa formación. A lo largo de la costa Norte de Punta Verraco y Cerro Toro, podemos divisar un sinnúmero de cuevas pequeñas. En la parte superior de ambas zonas, podemos ver pedazos de los estratos de roca caliza fracturados, y en algunas áreas colapsadas.  La erosión costera y los efectos de la disolución son notables.

El mapa del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), dentro del cuadrángulo de Yauco y Punta Verraco de 1979, identifica en esta área tres formaciones principales. La más abundante, según el mapa, es la formación de Roca Cárstica de Ponce (Tp), en la cual abundan diversos fósiles de organismos marinos. Estos datan de la época del mioceno (hasta hace poco más de 25 millones de años atrás). La segunda formación resaltada sobre la superficie, según el mapa geológico, son los depósitos de playa (Qb).  Los cuales están compuestos de sedimentos superficiales arenosos. En tercer lugar, se encuentra la formación cárstica de Juana Díaz (Tjl), compuesta en esta área, de fósiles marinos pequeños. Creando una capa más débil o menos masiva, hecha de un material similar al talco o a la cal.  La formación Juana Díaz, descansa bajo la Ponce, esperando a ser erosionada o disuelta para formar cuevas, sumideros y cañones característicos de la zona. 

Si no protegemos lo poco que nos queda en Guayanilla en su estado natural entonces; ¿Qué legado le estaremos dejando a las futuras generaciones?  Es nuestro deber hacer funcionar la ley, y el orden natural de las cosas. En Puerto Rico existen regulaciones estatales como federales, para proteger recursos como estos.  Parece increíble pensar, que lo único que nos detiene es la desunión social y los intereses personales.  Miremos atrás por un segundo y analicemos, porque estamos aquí. Las siguientes leyes y reglamentos deberían ser revisados para efectos de este terreno y no manipulados a conveniencia bajo ningún tecnicismo. 

·         Ley 292 de 21 de agosto de 1999 para la protección y conservación del carso de Puerto Rico.

·         Reglamento de Zonificación de Puerto Rico bajo la Junta de Planificación donde se define los requisitos y el proceso de establecer una Reserva Natural.  Aplica a todo municipio no autónomo o que carezca de un Plan de Ordenamiento Territorial.

·         Plan de Usos de Terrenos

·         Plan de Ordenamiento Territorial

·         Programa de Manejo de la Zona Costera de Puerto Rico en donde desde 1981 contemplaba el total de los terrenos hasta Punta Verraco dentro de el Bosque Seco de Guanica.

·         Ley 112 del 20 de junio de 1988, Ley de Protección del Patrimonio Arqueológico de Puerto Rico

·         Ley 150 de 4 de agosto de 1988 conocida como la Ley de Patrimonio Natural de Puerto Rico.

·         Ley 133 de 1 de julio de 1975 conocida como la Ley de Bosques de Puerto Rico.

·         Ley 23 de 20 de junio de 1072 conocida como la Ley Orgánica del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales.

·         Ley 60 del año 2005 para derogar la Resolución Conjunta Núm. 7 de 13 de mayo de 1927 donde le permitía al Gobierno vender terrenos con manglares para su desecación y desarrollo.  Ambas zonas tanto Punta Verraco, Punta Ventana, Playa Ventana y el Cerro Toro contienen zonas de manglares.

·         Ley 250 del 15 de agosto de 1999 conocida como la Ley para la institución del programa “ADOPTE UN PLAYA”.

·         Ley de Acceso a las Costas.

·         Ley de Agua.

Estas son solo algunas medida a tomar. Los terrenos que comprenden los predios del proyecto Windmar, deben seguir siendo una parte intrínseca del diario vivir de Guayanilla y de Puerto Rico. En este lugar el aislamiento natural que posee, único en su clase, nos ofrece recursos como el viento, mar, suelos, cuevas, formaciones rocosas, flora, fauna y muchos más, que debemos proteger, porque simplemente es lo éticamente correcto. Eso si pretendemos vivir, dentro de una sociedad enriquecida de valores tan simples, como el respeto a la vida misma. 

Es mi deber preguntar; ¿Por qué no hemos escuchado o considerado las alternativas ya propuestas, tales como la movilización de estos aerogeneradores y el resto la infraestructura asociada, (cabrería, subestaciones y áreas de control) a otro lugar?  Entiendo se ha contemplado la posibilidad, de ubicarlos en los terrenos de la Corco.  Medida que desde el punto de vista técnico, apoyo, a pesar de los aparentes costos.  Ya que surgiría como una forma de mitigación escénica. Cambiar algo del impacto, generado por la actividad petrolera, por generadores de energía limpia como lo son el aire.  Definitivamente algo muy atractivo. En cuanto a lo económico, ya existen terrenos dentro de esos predios, bajo diferentes programas de mitigación y limpieza.  Algunos costeados por el programa de “Brownfields” federal, para zonas industriales altamente impactadas.  Otra idea que se pudiera contemplar, seria utilizar parte de los terrenos adquiridos por el gobierno federal, donde se encuentra la histórica Central Rufina, y parte los terrenos donde ya son utilizados de manera industrial en el campo de la agricultura.  Otra alternativa tal vez sería, responder al llamado de nuestro vecino pueblo Yauco, quienes han ofrecido en el pasado, rendirles su aval a este proyecto dentro de sus perímetros.  Así mismo, bajo un programa adecuado de planificación, estoy seguro que pudiéramos contemplar una solución adecuada, para tanto proteger nuestro frágil ecosistema, como poder ayudar a producir energía limpia. Recomiendo que luchemos por salvaguardar estos recursos, mediante la creación de programas de conservación, y educación a nivel municipal y estatal.  Exhorto a todos los guayanillenses, que nos unamos para poder recomendar que se sume hasta Punta Verraco, como Reserva Natural de Puerto Rico. El Bosque Seco de Guánica, debe comprender hasta el litoral de Punta Ventana.  Punta Verraco y Cerro Toro, en conjunto separados geográficamente por playa Ventana, debería ser adoptado como el Bosque Seco de Guayanilla. Este con veredas y programas aptos para el desarrollo académico de nuestra gente. De esta manera, ayudamos a alimentar la idiosincrasia de nuestro pueblo. Playa Ventana debería ser protegida, bajo programas tales como “Adopte un Playa” por el pueblo, para que seamos nosotros los residentes de estas tierras, los responsables de cuidar algo nuestro y poder disfrutar de las riquezas que nos trae.  Esta ponencia no solo lleva el corazón de un geólogo apasionado con su profesión sino el alma de un puertorriqueño.  Les agradezco mucho por su tiempo y disposición a todos.


Muchas gracias;


Ángel Luis Alicea León                                                      Hoy 13 de septiembre de 2012

Geólogo

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